miércoles, 16 de septiembre de 2009

Cosas del fotolog

Ahora me explico las quejas de los extranjeros por sus dificultades con nuestras acepciones. Un ejemplo de la riqueza del lenguaje castellano es el número de acepciones de una simple palabra como puede ser la muy conocida y abundantemente utilizada referencia a los atributos masculinos: cojones.
Si va acompañada de un numeral, tiene significados distintos según el número utilizado. Así “uno” significa caro o costoso (valía un cojón); “dos” significa valentía (tiene dos cojones); un número muy grande más “par” significa dificultad (lograrlo me costó mil pares de cojones).
El verbo cambia el significado: tener indica valentía (aquella persona tiene cojones) aunque con signos exclamativos puede significar sorpresa (¡tiene cojones!); poner expresa un reto especialmente si se pone en algunos lugares (puso los cojones encima de la mesa); también se los utiliza para apostar (me corto los cojones) o para amenazar (te corto los cojones). El tiempo del verbo utilizado cambia el significado de la frase, así el presente indica molestia o hastío (me tocaba los cojones); el imperativo significa sorpresa (tócate los cojones).
Los prefijos y sufijos modulan su significado: “a” expresa miedo (acojonado); “des” significa risa (descojonado); “udo” indica perfección (cojonudo); y “azo” se refiere a la indolencia o abulia (cojonazo).
Las preposiciones matizan la expresión: “de” significa éxito (me salió de los cojones) o cantidad (hacía un frío de cojones); “hasta” expresa límite o aguante (estoy hasta los cojones); “por” expresa voluntariedad (lo haré por cojones); “con” indica valor (era un hombre con cojones); y “sin” cobardía (era un hombre sin cojones).
También es distinto el color, la forma, la simple tersura o el tamaño. El color violeta expresa frío (se me quedaron los cojones morados); la forma, cansancio (tenía los cojones cuadrados); el desgaste implica experiencia (tenía los cojones pelados de tanto repetirlo). Es importante el tamaño y la posición (tiene dos cojones grandes y bien plantados); sin embargo hay un tamaño máximo (tiene los cojones como los del caballo de Espartero) que no puede superarse pues entonces indica torpeza o vagancia (le cuelgan, se los pisa, se sienta sobre ellos, es incluso necesita una carretilla para llevarlos).
La interjección “¡cojones!” significa sorpresa y cuando uno se halla perplejo, los solicita (manda cojones).
En ese lugar reside la voluntad y de allí surgen las órdenes (me sale de los cojones).
En resumen, será difícil encontrar una palabra, en castellano o en otros idiomas con mayor número de acepciones.

2 comentarios:

Ydna dijo...

¡¡¡ coño !!!

Zuir dijo...

Definitivamente, no estudies polaco (de Polonia).