"No al plan Polonia"

Aunque es inspirado, genial columna de Andrés Cárdenas en Ideal:

NO sé si ustedes leyeron hace poco una carta al director de este periódico firmada por José Miguel Baena, un profesor de un instituto de Iznalloz, que contaba un sucedido que le había hecho reflexionar sobre su profesión. Lo narraba con tanta gracia que no me he resistido a trasladárselo a ustedes en parecidos, aunque resumidos, términos.
Resulta que una mañana se dirigía al centro donde trabaja cuando se encontró con un grupo de estudiantes que no dejaba entrar a sus compañeros a clase porque, según ellos, había que secundar una huelga. Se lo dijo al director del Instituto que, al parecer, tiene muchas tablas en esto de tratar con estudiantes aguerridos y belicosos. El director fue a hablar con ellos para enterarse de los motivos que tenía aquel grupo de estudiantes para mantener su actitud.
-¿Qué hacéis aquí? ¿Por qué no entráis a clase? -les preguntó.
-Es por lo de Polonia -dijo uno de los alumnos.
-¿Qué pasa en Polonia? -preguntó de nuevo el director.
-Ya sabes, por el lío de Polonia -le contestó muy familiarmente otro alumno.
-¿Sabéis como se llaman los de Polonia?
-Polacos -contesta uno.
-¿Y sabéis por dónde está ese país?
Hay un silencio total. Nadie se atreve a contestar. Hasta que uno lo hace:
-Por Alemania más o menos.
El director sigue preguntando:
-¿Y qué problema hay en Polonia?
-Es que los estudiantes de Graná están en huelga por lo que está pasando allí y nosotros también nos vamos a poner.
Fue cuando el director del Instituto se dio cuenta de que aquellos jóvenes se estaban refiriendo al Plan Bolonia. Esa misma mañana había convocada una manifestación en la capital para protestar por la iniciativa con la que se quiere unificar los estudios en todos los países de la Unión Europea. Los estudiantes de Iznalloz habían oído campanas pero no sabían dónde. Escucharon que existía una huelga y se habían apuntado a ella sin saber siquiera qué es lo que se reivindicaba. El director del Colegio no tuvo más remedio que sonreír y decirles que se dejaran de tonterías y entraran a clase, lo que hicieron con cierta desgana, pero más que nada porque afuera hacía un frío que pelaba.
Esta anécdota sobre el nivel de conocimiento, entrega y compromiso social de muchos estudiantes de hoy, no necesita comentarios. Como tampoco los necesita ese otro sucedido ubicado en el Colegio madrileño García Lorca donde un profesor de Lengua mandó a sus alumnos que hicieran una redacción o un ejercicio literario que contuviera cuatro conceptos: el sexo, la monarquía, la religión y el misterio. También les recomendaba que no se enrollaran mucho. Uno de los alumnos que tenía fama de vago escribió una redacción tan concisa como contundente con esos cuatro conceptos: «Se follaron a la reina. ¿Dios mío! ¿Quién habrá sido?»
¿Alguien da más?